Velón Cruz de Caravaca
La leyenda cuenta que la Cruz de Caravaca llegó milagrosamente al santuario de Caravaca de la Cruz en España en el año 1231. Este evento ocurrió durante una misa oficiada por un sacerdote que estaba cautivo en manos de los musulmanes. Según relatos históricos, mientras el sacerdote comenzaba la ceremonia, dos ángeles aparecieron y depositaron la cruz en el altar.
El simbolismo de los dos ángeles representan la intervención divina y la protección celestial, aspectos esenciales en la tradición cristiana. Estos ángeles son vistos como portadores de la fe y guardianes de la cruz, fortaleciendo su poder protector. En la iconografía, los ángeles a menudo están representados sosteniendo la cruz en alto, un símbolo de su trascendencia y santidad.
El uso del velón de la Cruz de Caravaca es asimismo significativo en el contexto de prácticas espirituales y religiosas, actuando como un escudo contra la brujería, protegiendo tanto a personas como a inmuebles de prácticas de magia negra. Muchas personas encienden velones de la Cruz de Caravaca durante oraciones o novenas, en busca de protección divina y soluciones a problemas emocionales o de salud.
Además, la envidia y las malas intenciones de terceros son fenómenos que también tratarían de neutralizarse mediante este velón de Cruz de Caravaca. Las tradiciones indican que la simple presencia de esta cruz puede disipar envidias y malicias, proporcionando una sensación de paz y bienestar a quienes la poseen.
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